1976 – 24 DE MARZO – 2013
PORQUE TENEMOS MEMORIA, PORQUE LOS ARGENTINOS SEGUIMOS PAGANDO LAS CONSECUENCIAS
EL PAÍS NECESITA ¡YA!
OTRA LEY DE ENTIDADES Y SERVICIOS FINANCIEROS
El 24 de marzo de 1976, cuando faltaban sólo 6 meses para las elecciones previstas para elegir un nuevo gobierno constitucional, tuvo lugar el golpe militar más siniestro de nuestra historia.
La Junta Militar impuso como presidente al hoy preso general Videla y como ministro de economía al empresario José A. Martínez de Hoz. Disolvió el Congreso de la Nación e intervino militarmente la Asociación Bancaria, junto a los principales sindicatos y la CGT. Otro interventor militar fue designado en nuestra obra social, el Instituto de Servicios Sociales Bancarios, encauzándolo hacia erogaciones que comprometieron su futuro.
La represión fue brutal. Más de 300 bancarias y bancarios son aún hoy detenidos desaparecidos. Fueron presos dirigentes y activistas. Despidieron a cientos de delegados y militantes. Hubo numerosos atropellos en los bancos, comenzando por el cambio compulsivo de horario de trabajo.
Hoy no quedan dudas que el objetivo real de la Dictadura fue imponer, a sangre y fuego, un modelo económico basado irracionalmente en la especulación financiera, desarticulando el modelo productivo e imponiendo una regresiva distribución del ingreso que benefició a los sectores económicos más poderosos, especialmente el financiero, principal beneficiario de esa política que, una vergüenza que no debe olvidarse, continuaron los gobiernos constitucionales hasta el quebranto de 2001, causando daños irreparables a la Nación y a millones de argentinos.
Es una verdad incontestable, que muchos se empeñan en olvidar: los trabajadores argentinos organizados sindicalmente resistieron. En 1977 un decreto obligó a los trabajadores a reafiliarse si querían seguir perteneciendo a su sindicato. Hubo un 95% de reafiliación a la Asociación Bancaria. A pesar de las intervenciones, las defecciones de y la represión, muchos dirigentes, muchos militantes del movimiento sindical actuaron con dignidad orientando acciones gremiales, incluyendo paros como los del 27 de abril de 1979, el 22 de julio de 1981, o la histórica jornada del 30 de marzo de 1982, donde los trabajadores organizados sindicalmente lideraron al Pueblo marcando el principio del fin de la Dictadura. Esta, horas más tarde, emprendería una trágica huída hacia delante utilizando una causa nacional MALVINAS, que entonces y siempre reivindicamos, pero que, en las manos incompetentes de la cúpula genocida, terminó en una tragedia, que vivimos en nuestros héroes y soldados combatientes. En tanto, hay que decirlo hoy más que nunca, los principales medios de comunicación y la inmensa mayoría de los dirigentes políticos partidarios nada decían, contrastando con esa resistencia sindical y con el ejemplo heroico de las Madres de Plaza Mayo. Igualmente los jueces fueron funcionales a la dictadura.
La euforia especulativa promovida por Martínez de Hoz, mediante la reforma financiera de 1977, nos llevó a un primer colapso en 1980: quebraron 66 entidades, miles de bancarios perdieron sus puestos laborales y decenas de miles de ahorristas fueron estafados. La participación de los trabajadores en el ingreso nacional que en 1974 era del 50% cayó al 24% en ese momento. Fue entonces que 15.000 bancarios, de 95 bancos, suscribieron un petitorio reclamando aumentos de salarios y preservación de los puestos laborales, acompañados por incipiente protestas. El 16 de marzo de 1981, la dictadura deroga la Ley de Estabilidad y Carrera Bancaria, suspendiendo por 90 días la vigencia del Convenio Colectivo para modificarlo a la baja, lo que no lograron. Aún hoy ciertos bancos, fundándose vergonzosamente en esas medidas anticonstitucionales, pretenden desconocer los derechos de los bancarios.
Es así, el “Proceso” tuvo consecuencias que aún hoy nos afectan en todos los órdenes. Por ello es sustancial, para la consolidación de la democracia, la política de verdad y justicia que lleva adelante el Gobierno Nacional.
Por ello, no podemos dejar de decir que no corresponde que subsista la Ley de Entidades Financieras 21526, impuesta en 1977. No dudamos que la reciente reforma de la Carta Orgánica del Banco Central promovida por el Gobierno Nacional, implica un paso positivo a perfeccionar: esa Carta Orgánica es subsidiaria de la Ley de Entidades, pues si bien fija objetivos precisos al Banco Central y le devuelve facultades, no es menos cierto que no fija regulaciones precisas a las entidades, las que quedan al arbitrio del Directorio de turno de ese ente rector.
Por lo mismo, para que el sistema garantice servicios asequibles para todas las familias y los sectores productivos. Para que el ahorro de los argentinos, sirva a los argentinos, es imprescindible UNA NUEVA LEY DE ENTIDADES Y SERVICIOS FINANCIEROS, dejando perfectamente en claro que éstos constituyen un servicio público que debe garantizarse a todos los ciudadanos.
Una vez más adherimos a todos los actos en homenaje a los que lucharon y a los que cayeron, a los que resistieron y no consintieron aquella Dictadura.
Buenos Aires, 21 de marzo de 2013
SECRETARIADO GENERAL NACIONAL DE LA ASOCIACION BANCARIA
Sergio Palazzo
Secretario General
Andrés R. Castillo, Carlos Cisneros, Claudia Ormachea, José Lupiano, Cristina Maino, Patricia Rinaldi, Walter Rey, Gustavo Díaz, Carlos A. Irrera (h), Liliana Lafauci, Eduardo Negro, Lisandro Aguirrezabal, Juan Pallo, Luis Ortega, Aldo Acosta, Stella Mena, Rosa Sorsaburu, Eduardo Berrozpe.
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