sábado, 30 de mayo de 2009

La Masacre del 56

SOLO LA MEMORIA Y EL RECUERDO DE NUESTROS ERRORES  NOS VAN A HACER CRECER COMO NACION

 PRIMERA PARTE LOS FUSILAMIENTOS

Quiero aprovechar este espacio, sin animo de pretender hacer una movida política en el sentido partidario, pero muchos de mi generación concordarán conmigo (tengo 51 años), que cuando fuimos a la  escuela y estudiamos historia Argentina  hubo crímenes políticos que nos conmovieron   profundamente, como el asesinato de Facundo Quiroga (en homenaje a quien le puse el nombre a mi hijo ) y de tantos otros mártires, pero hubo un fusilamiento que realmente marco un antes y después en la historia política de la pcia de Buenos Aires y de la Nación toda, que fue el injusto fusilamiento de quien fuera gobernador de la pcia. el General Manuel Dorrego,  ejecutado por otro patriota general y amigo del Libertador, héroe de  Ituzaingo, Don Juan Lavalle, cumpliendo una orden de la Logia Unitaria, integrada por  Juan Cruz Varela, Aguero, Del Carril y Rivadavia entre otros, quienes ordenan en una carta que no se animan a firmar que sea fusilado, acto que se concreta el 13 de Diciembre de 1828 en la Ciudad de Navarro. De este salvaje hecho sobresale el enternecedor proceder de Manuel Dorrego,  que cuando se le notifica que en una hora será fusilado,  pide papel y pluma para escribir tres cartas, a su mujer e hijas, a su hermano y a Estanislao López ahora jefe del partido Federal y de ellas  lo escrito de puño y letra que en su comienzo dice “ ignoro la causa de mi muerte pero de todos modos, perdono a mis perseguidores, que mi muerte no sea causa de  mas derramamiento de sangre”

Este atrapante  episodio de nuestra historia tiene en nuestro pasado mas cercano, un episodio que yo considero análogo y que fue el fusilamiento en los primeros días de Junio de 1956 del General Juan José Valle, dieciocho militares subalternos  y de catorce civiles en los basurales de José León Suárez, que dieron origen al libro Operación Masacre que inmortalizara el escritor Rodolfo Walsh . En el día de hoy encuentro una nota de Pacho O Donnell  en el diario Perfil titulada Justo Homenaje, Los Mártires del 56, que quiero compartir con ustedes transcribiéndola, ya que al igual que yo no nos  enteramos de este aberrante hecho en la escuela sino a través del  comentario de nuestros mayores y luego por el citado libro de Rodolfo Walsh. Y tal vez  podrán coincidir conmigo en la similitud de proceder del General Valle cuando escribe la carta a sus familiares. 

Por lo menos esto es lo que yo pienso.

 

JUSTO HOMENAJE

Los mártires del ’56

Por Pacho O’Donnell | Diario Perfil /29.05.2009 | 22:53

En los primeros días de junio de 1956 se desató una sublevación militar en contra del gobierno golpista de Aramburu y Rojas. El propósito era forzar el regreso a la constitucionalidad y la recuperación de los beneficios para la clase trabajadora obtenidos durante el peronismo.

He sido siempre renuente a aceptar integrar jurados o presidir comisiones, la vida es demasiado corta. Sin embargo, esta vez he faltado a mi consigna pues soy presidente del consejo asesor del concurso para la erección de un cenotafio o monumento funerario en memoria de los mártires de junio de 1956, lo cual es para mí un gran honor.

En los primeros días de junio de 1956 se desató una sublevación militar en contra del gobierno golpista de Aramburu y Rojas. El propósito era forzar el regreso a la constitucionalidad y la recuperación de los beneficios para la clase trabajadora obtenidos durante el peronismo.

Conjurada la rebelión, que había sido infiltrada y denunciada, el jefe de la misma, general Juan José Valle, se entrega con la falsa promesa de que su vida será respetada y también la de los otros complotados. Es entonces cuando se le comunica que será fusilado en la ex penitenciaría de Las Heras y Coronel Díaz, en la Capital Federal, disposición desprovista de toda legalidad pues la ley marcial que justificaba la pena capital había sido dictada con posterioridad al arresto. En otros regimientos y comisarías, otros dieciocho militares fueron pasados por las armas.

En sus últimos momentos, Valle escribe conmovedoras cartas a su esposa y a su hija. También a Aramburu, que reproducimos fragmentariamente: 

“Entre mi suerte y la de ustedes, me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija a través de sus lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo. Las mujeres de ustedes verán asomárseles por los ojos sus almas de asesinos. Y si les sonríen o les besan será para disimular el terror que les causan”.

Seguirá un párrafo premonitorio: “Aunque vivan cien años, sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan esconderse. Vivirán ustedes, sus mujeres y sus hijos bajo el terror constante de ser asesinados. Porque ningún derecho, ni natural ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones”. 

(…) “Conservo toda mi serenidad ante la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado.”

(…) “Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría, y un liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones de nuestro país. Todo el mundo sabe que la crueldad en los castigos la dicta el odio, sólo el odio de clases o el miedo.”

“Como tienen ustedes los días contados, para librarse del propio terror, siembran terror. Pero inútilmente. Por este método sólo han logrado hacerse aborrecer aquí y en el extranjero. Pero no taparán con mentiras la dramática realidad argentina por más que tengan toda la prensa del país alineada al servicio de ustedes.”

“Como cristiano me presento ante Dios, que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos, no sólo de minorías privilegiadas. Espero que el pueblo conocerá un día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales en forma intergiversable. Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos. Viva la Patria.”

La esposa del general Valle acudió a la residencia de Olivos para rogar a Aramburu por la vida de su esposo. Luego de consultar, el edecán le respondió, tajante: “Lo lamento, el presidente duerme”.

No fueron ésas las únicas muertes pues catorce civiles fueron asesinados. A las 23.30 del 9 de junio de 1956, la policía de la provincia de Buenos Aires allanó una casa en la localidad de Florida y detuvo a un grupo de civiles que suponía implicados en la rebelión militar de Valle. En la madrugada del día siguiente, esas personas fueron asesinadas en un basural de José León Suárez. En el testimonio de uno de los sobrevivientes, Juan Carlos Livraga, se basó Rodolfo Walsh para escribir su Operación Masacre, donde reconstruirá lo sucedido aquella noche sangrienta y escribirá una pieza magistral y estremecedora de nuestra mejor literatura.

*Escritor. Su último libro es La sociedad de los medios.

Segunda Parte  

En los próximos días recordaremos, la masacre más grande cometida en nuestra patria en tiempos de paz, Ocurrida  el 16 de Junio de 1955 y vergonzosamente ocultada en los libros de la escuela de mi generación.   

 

José María Giorgetti

Secretario General Adjunto

Asociación Bancaria Seccional Chivilcoy

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